Creo que todos, alguna vez, hemos escondido algo muy dentro de nosotros como si así pudiéramos olvidarlo. De vez en cuando lo destapamos un poco y miramos, para comprobar que sigue ahí, escondido pero presente al mismo tiempo. Lo jodido es cuando te hacen ver que, por mucho daño que te haga, eres tú mismo el que no quiere deshacerse de ese recuerdo horrible y cruel. Es entonces cuando te obligan a sacarlo de su escondite y, poco a poco, ir enfrentándote a él con la luz del sol. No quieres, es obvio, te resistes a olvidar lo que te ha hecho fuerte. De lo contrario, ¿qué serías sino una personita frágil y vulnerable? Pero tampoco quieres revivirlo porque, en realidad, es demasiado duro.
Sentimientos encontrados, sentimientos que te avergüenzas de sentir... Ellos hacen que retomes conductas del pasado, sobradamente contraproducentes, incluso autodestructivas, pero las únicas que crees que eres capaz de adoptar mientras tus mayores miedos se apoderan de tus sueños.
Lo único que tienes claro, no obstante, es que no volverás a ser aquella Marta a la que cantó Nena Daconte...
Y es que hace demasiado tiempo que decidiste sobrevivir como para rendirte ahora.
¡Feliz fin de semana!

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
0 comentarios:
Publicar un comentario