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Mi sobrino Daniel

5/02/2015


Carreras, llantos, preocupación, miedo, emoción,... Ver a tu hermana pequeña en esa camilla pasar unas horas malas y desear con todas tus fuerzas ser tú la que sufra, ahorrarle ese trago. Un extraño instinto protector hace que no quieras que le roce ni el aire, echar de esa habitación a todo el que no sea su novio o tu madre. La ves desprotegida como nunca la has visto a lo largo de toda una vida compartida. En ese momento lo único que quieres es que pase todo ya, que ella esté bien. Y, entonces ya si, conocer a tu sobrino. Pero mientras que tu hermana está en esa habitación, dilatando, esperando, con contracciones... Durante esas horas no hay ilusión ni alegría que valga, te comerías con patatas a todo el que sea capaz de sonreír mientras tu hermana pequeña pasa un mal rato. Mientras la escuchas, al final de ese maldito pasillo, resoplar o soltar algún quejido. Que si, que luego lo piensas y nunca es malo que la gente sonría o se ilusione. Lo piensas cuando es tu hermana la que ya sonríe y está loca de contenta con su hijo en brazos. Antes de eso no te permites rebajar la tensión hasta que el médico salga y diga las palabras mágicas: Ella está bien, y el niño también. 

De las tres hermanas pequeñas que tengo, ya he visto pasar por eso a dos de ellas. Y si, como diría nuestra madre para mí serán pequeñas siempre. Quien sea hermano mayor me entenderá. La segunda vez piensas que vas más preparada que la primera, que ya sabes de qué va la historia. Pero te engañas, las emociones son las mismas y con la misma intensidad. Y, entonces, después de la interminable espera sale tu hermana del paritorio para hacer el paseillo torero en camilla (cosa que se deberían replantear familiar y hospitales, porque es la cosa menos íntima del mundo para un momento que debería serlo). El caso es que cuando la ves sonreír se acabó el miedo, la preocupación y la angustia. Todo eso da paso al modo codazos y cabezazos para hacerte sitio entre los presentes, que ella te vea y sobretodo ¡verle la carita al recién llegado!.

Cinco años de "tita Marta"

12/18/2014

Queridos sobrinos:

Literalmente parece que fue ayer. Cuando desde este mismo blog hablaba contigo, Jesús, para agradecerte que me hubieras hecho caso naciendo un día 18. Lo más lejos posible de la navidad y permitiendo a tu tía Marta disfrutar de tí antes de emprender un viaje a Londres que cambiaría muchas cosas. 

El día de vuestros nacimientos fue muy parecido pero muy distinto a la vez. A los dos os costó salir. Concretamente más de 30 horas. Y en los dos casos era una de mis hermanas pequeñas la que estaba metida en un hospital... Vosotros que sois los primeros, si tenéis algún día hermanos entenderéis lo que quiero decir. Hubiera preferido pasar yo las dos veces por eso. Y al final el alivio, la magia de ver que ellas estaban bien. Entonces llegaba el momento de conoceros. Sin duda los dos mejores momentos de lo que llevo de vida. Los dos erais tan perfectos, y teníais vuestro carácter muy marcado apenas con pocas horas de vida.

Prefiero tantas cosas que no están bien vistas...

10/28/2014

"Riiiiiiing... Son las 6 de la mañana, las 5 en Canarias. Aquí comienza una nueva edición de Hoy por Hoy".

Hundo la cabeza en la almohada, cómodo escondite en el que no existe el tiempo ni el espacio. ¿Sigue ahí? Si. Le abrazo para que no me deje ir. Entre sábanas no existe la vida, el miedo, las obligaciones ni la inseguridad. El cuerpo se rinde a la horizontalidad y lucha para no salir de esa inercia. Es difícil huir de ese canto de sirenas del que únicamente Pepa Bueno desde las ondas consigue liberarme. "El diario de la crisis" cuenta hoy la historia de un chico que ha tenido que emigrar a otro país para labrarse un futuro. Unas gotas de drama, otra vez esa España del callejón sin salida... Me levanto de un bote, me indigno y me opongo a rendirme. La lucha es el mejor complemento vitaminado, chute instantáneo de pasión y energía. Chewbacca se asusta, Blanco salta de la cama. Me miran sin entender por qué he roto su equilibrio emocional. 

La Estación de Córdoba

9/24/2014

Aquella maravillosa Estación de Córdoba, que me trajo y me llevó tantas ilusiones, tantos sueños, tantas historias, tanta vida, tantos momentos... Tantas veces. 

Esa estación que me enseñaba una Sevilla bajita, de casas, sin puentes... casi de pueblo. Una Sevilla de sueño, de "chinas" en el zapato, de refugio, de cariño en la distancia, casi de salvación. De una infancia confiada y ajena a muchas cosas, aún tardaría mucho en descubrir que la ciudad se extendía más allá de Juan XXIII. Pero por entonces me bastaban las veladas de patio y los amaneceres de rocío sobre los árboles del jardín más bonito del mundo.

Me quitaron la Estación de Córdoba y con ella la ingenuidad, la niñez.

Imagen encontrada en 'El Ferrocarril en Andalucía'

Haciendo el indio

9/21/2013

Llevaba un tiempo dándole vueltas al futuro de "este blog personal que nunca tendrá éxito de audiencia" pero que es un pedacito de mi vida. El primer impulso fue dejarlo morir en la inmensidad de la red de redes, lo creí necesario para que mi marca personal ganara en profesionalidad y seriedad. Crearía otro blog en el que crear contenido sobre cómo hacer un plan de social media, gestionar crisis,... pero nada de idas de olla o hablar de mi proceso de evolución personal. Mantuve esa idea en la cabeza meses, de hecho aún a veces pienso que es lo más sensato. 

Hasta que allá por julio tuve un parón laboral, de hecho era la primera vez desde los 16 años que no tenía ningún tipo de ingreso propio. Rápidamente me puse a echar currículums de lo que fuera, a buscar ofertas de trabajo hasta debajo de las piedras. En vista de que iría para largo decidí centrar mis esfuerzos en el proyecto de programa de radio que teníamos rondando la cabeza Lara Monrosi, Nacho Tudela y servidora hacía  tiempo. De paso me haría una web chula para darme visibilidad como freelance del social media, mi otra pasión periodística y lo que me lleva dando de comer los dos últimos años. Me puse manos a la obra pero, como ya me había pasado antes, empecé a tener bloqueos emocionales. Admiro profundamente a quien es capaz de trabajar desde casa porque yo me sentí poco más que una parada con aspiraciones que ya con 31 años jamás iba a hacer nada de provecho. ¡Qué jodido es cuando nosotros mismos nos boicoteamos! 

Así que decidí invertir en cambiar de chip, sobretodo porque me crucé en mi muro de Facebook con esto:


Conocí WorkINCompany trabajando para una red social hace más de un año y desde entonces había querido probar la experiencia del coworking. Así que, como digo, aunque eran momentos apretados económicamente hice una inversión en mi futuro. Aunque lo que voy a decir ahora suene a anuncio de teletienda es cierto, en una semana mi horizonte profesional había cambiado. 

Por un lado, un providencial encuentro casual propició que La Primera en la Frente (el programa de radio en el que estaba trabajando) vaya a estar en las ondas dentro de muy poquito. Además, de la mano de una profesional a la que admiro y que me ha inspirado en la forma de trabajar durante los últimos meses. De momento no puedo contar más y, aparte, soy supersticiosa para esas cosas y no quiero gafarlo. 

Y, por otro lado, la decisión de trasladar mi oficina de trabajo a la calle Rioja 13 supuso el germen de lo que hoy casi puedo llamar "empresa": Nativo Social. Sin extenderme mucho diré que recuerdo perfectamente el día que conocí a mi compañero de fatigas en este proyecto, Jaime Aranda y a Alberto Pérez Sola. Ambos están detrás de workINcompany, un espacio por el que llevan luchando como jabatos hace ya dos años. Porque creen en lo que hacen pese a las dificultades que siempre se tienen cuando se empieza algo que es tan nuevo, que nadie más hace. Eso ya me encantó pero Jaime me llamó especialmente la atención. Se interesó por la empresa en la que yo entonces trabajaba, por mi trayectoria profesional... Era como un niño intentando destripar el muñeco para ver cómo funciona por dentro, qué piezas forman el engranaje y así poder entenderlo. Luego descubrí que es así con todo, lo que supone una ventaja al a hora de trabajar porque yo también funciono a través de la comprensión de procesos lógicos. Somos "mu" raros, básicamente. 

Total, que a la semana de estar en el coworking nos sentamos a hablar y a partir de entonces nos sentamos mucho, a hablar, a trabajar y a hacer el indio. Porque, señores míos, nadie sabe la liberación personal y profesional que siento cada vez que digo "yo no trabajo, hago el indio, por eso somos nativos sociales". Y hago el indio por el mismo motivo que mi amiga e inspiración Maite González Noguer ha llamado COOL a su proyecto, porque estoy un poco loca.

Loca por hablar de trabajo a todas horas, loca porque me apasiona lo que hago, loca porque creo que lo que cada uno hagamos particularmente contribuye a configurar el entorno en el que vivimos y que si hacemos las cosas de manera diferente podremos tener un mundo mejor. Y, por qué no decirlo, loca porque lo primero que se nos ocurrió a Jaime y a mi cuando tuvimos claro el nombre de la empresa es vestirnos de indios. 

Con penachos de plumas nos plantamos en la Campus Party Europe de Londres y sobretodo Jaime captó la atención de todos los campuseros con su precioso penacho gris. Como estamos locos por lo que hacemos decidimos plantarnos en las oficinas de Hootsuite y en el Google Campus (luego descubrimos que había por la zona varias startups molonas que hubiéramos querido "colonizar como Social Bro, pero para la próxima). Para completar la "familia" nativa vino a vernos viajando de mano en mano Stabri, el muñeco viajero más famoso de las redes sociales. Es la mejor puesta de largo que se pueda imaginar y encima ¡me lo pasé tan bien!. 


En definitiva, llevo muchos años andando un camino de evolución y conocimiento personal muy duro pero apasionante. Llegué a conocerme bastante bien y entonces comencé el proceso de dejar de caerme mal, dejé de avergonzarme de quien realmente soy y de intentar mostrar una cara que yo consideraba si no perfecta, al menos, la mejor. 

Ya no quiero abandonar este blog porque es, en buena medida, mi marca personal. La parte de lo que soy y pienso que quiero compartir. Ya hemos empezado las rondas de conversaciones con potenciales clientes, que ha sido el motivo de que haya reflexionado sobre todo esto. Porque lo mejor que puedo contarles de nuestro trabajo a las empresas y particulares que nos contacten es lo mismo que cuento en este post: que nos vamos a apasionar con su proyecto, que vamos a buscarle hasta la última vuelta de tuerca a todo para sacar el mayor jugo y que estamos locos por lo que hacemos. Como llevo un tiempo diciendo, no me gusta nada definirme sino que prefiero que los demás me definan por lo que hago. 

Pero, como todo en la vida, nada de lo que ha pasado hubiera sido posible sin buena gente alrededor, por eso quiero dar las gracias a los que yo llamo el "grupo de apoyo nativo": A Nono por ser mi guía espiritual, a Iván por recordarme que no pasa nada por expresar cariño a los demás, a Lucía y Jorge porque son el mejor soporte como "nativos consortes", a Juanma por pensar siempre en mi y regalarme "El lechero en bicicleta", a José Manuel Ríos porque aunque no lo sabe ha inspirado parte de mi concepto del proyecto, a Patricia y Gabi por tantas cosas que necesitaría otro post entero para enumerarlas, a Alberto por apuntar en mi cuenta los bocatas de 10/10 y porque siempre que voy a WIC me hace sentir que me ha echado de menos, a Maite González Noguer por inspirar mi teoría de los superpoderes (y, en realidad, también debo agradecerles a tres de sus hermanos que me hayan inspirado), a todos los integrantes de Campabase por ponerme en el buen camino y hacerme un hueco en su mundo, al resto de coworkers de WIC por apoyarnos, a Belén y Sara por creer en mi más que yo misma, a Teresa por ser un ejemplo. Y a todos los que por redes sociales o en persona me dais aliento, a mi y a Nativo Social. Me dejo muchos muchos nombres. Pero tengo que terminar agradeciendo a mi familia por apoyarme aunque a veces no me entiendan y a mis amigos porque estén citados aquí o no, estén cerca o lejos de mi vida siempre me inspiran. Y, lo más importante, a mis sobrinos a los que sueño con dejar un mundo un poquito mejor. 

EDUCAR

6/21/2013



Al final del día no te lamentes por lo que no hiciste, ya pasó, alégrate por lo que lograste y piensa en cómo hacer que el día siguiente sea aún más alucinante. 

Lo último en lo que pienses antes de dormirte y lo primero que te venga a la cabeza por la mañana al despertar será, sin duda, el sueño de tu vida. No dejes que nadie te diga que no lo alcanzarás, que no es posible o que no es importante. Sea lo que sea, mientras no haga daño a nadie.

Si tienes hijos demuéstrales que estarás siempre ahí, hagan lo que hagan, pero deja que sean independientes. La seguridad, la independencia y el amor son el mayor tesoro que puede tener un ser humano.

Lleva siempre una bonita libreta contigo y apunta en ella esos pensamientos, sensaciones, emociones que al llegar a casa habrás olvidado. No pases eso a limpio, ni lo taches ni lo pierdas. Es el mejor diario de vida que podrás encontrar. Si te pasa en casa escríbelo en un blog.

Encaríñate con tus defectos como si fueran los de tu pareja, familia o amigos. Yo me hago gracia cuando me descubro, por ejemplo, insistiendo una y otra vez para que otra persona entienda lo que quiero decir aunque eso no sea posible. 

No dejes pasar un día sin reírte, o al menos sonreír. Por muy mal que vayan las cosas, aunque ocurra la tragedia más grande del mundo. Eso te permitirá sobrevivir. 

Ama, ama mucho hasta que no te quede aire. No se puede querer a medias ni tener miedo a amar, aunque te hayan hecho daño. Quiere a quien te quiera, adórales aunque se equivoquen una y otra vez. 

¡Se puede tener un único problema y ser un amargado de por vida o tener decenas de problemas y ser la persona más feliz del mundo!

Y no querrás desaprovechar el tiempo que te queda de función antes de que baje para siempre el telón, ¿no? 

Pues como dice mi querida Maite González Noguer, alias el 50% de Lulares

Rompiendo estadísticas

1/19/2013

¡Qué abandonado tenía el mundo del blog! Y es que cuando te tomas como una obligación algo que te divierte corres el riesgo de que deje de divertirte y por tanto dejes de hacerlo. Los humanos somos así de raros, aunque nos cueste aceptarlo. Complejos, ambiguos, a veces incoherentes... De hecho la única coherencia sana es la que se debe tener con uno mismo. No hay nada peor que no aceptarse o que actuar contra lo que uno es. Creo que muchos males del mundo, muchas depresiones, muchas actitudes llenas de maldad o autoritarias tienen su origen en la contradicción de algunas personas incapaces de verse como realmente son. Un amigo mío dice que es que a la mayoría de la gente le da miedo mirarse con ojos limpios y seguro que para otros tantos sería demasiado doloroso. ¡Pero hay que intentarlo!

Reconozco que yo me paso de analítica, intento medir las consecuencias de cada paso que doy y ¡así no se puede vivir! Hay que ser un poquito más espontáneo. El final de 2012 fue duro, muy duro. Volver a la realidad después de un sueño como fue mi boda y el viaje de mi vida por los USA ya era complicado. Pero se juntó con una traición que tuvo consecuencias laborales y personales, aunque donde me dolió profundamente fue en lo personal. Quería dejar ese trabajo desde hacía tiempo porque no era sano para mi, me estaba implicando emocionalmente demasiado para no obtener ningún tipo de reconocimiento. De ahí a cómo se hicieron las cosas hay un trecho, no es de ser buena persona. Cada uno que viva con su conciencia. Yo salí de la oficina empeñándome en que esa situación no me iba a apenar... Lo que decía antes, a veces nos empeñamos en que somos superhéroes cuando seguimos siendo humanos. Es algo casi biológico, las heridas tienen que doler y escocer para curarse. 

Por suerte para mi la navidad me ha salvado, amigos. Ríanse lo que quieran pero ni en las peores circunstancias soy capaz de perder el espíritu navideño o una profunda ilusión por la noche de Reyes. Y mira que este año me he empeñado en no tenerla pero ¡ha sido superior a mis fuerzas! Se acercaba la noche del 24 y todo empezó a mejorar: grabé dos especiales de "Aún no es viernes" con Nemo y Carlos Martín y fue una delicia, radio en estado puro. El "elfo de la navidad" como me llaman en casa volvió a sus rituales de cada año: salir a comprar regalos con mi madre y comer churros en la Encarnación, los pactos y alianzas para regalar a unos y a otros... En eso me planté en Nochevieja y ¡más tradiciones! Escribí en un papel mis deseos para 2013 y tiré las cenizas a la mañana siguientes, luego hice mi carta de Reyes y les pedí un trabajo. Nunca he estado sin trabajar, sin tener mis propios ingresos. Y se me desgarra el corazón ahora que sé lo que es eso pensando en los millones de personas que en este país siguen sintiendo esa impotencia, esa frustración, esa rabia contra ellos mismos por verse inútiles mientras su familia vive cada vez en una situación más precaria. 

El año nuevo y los Reyes Magos me trajeron un trabajo, una pequeña fuente de ingresos... pero también la inspiración. De algún modo creo que necesitaba pasar por esa experiencia para poder entender qué se siente y luchar con más fuerza para que nadie más pase por ello. Llegó el día #Wert y cientos de personas conseguimos que escuchara nuestra indignación. Esa noche ganamos. Después me quedé con otros periodistas de los medios de comunicación generalistas para cubrir las declaraciones del ministro y me di cuenta que los compañeros están maniatados por las líneas editoriales de los medios pero que es necesario que se haga otro periodismo. Un periodismo libre, honesto, objetivo y con el propósito de controlar el poder político y económico en vez de servirle.

Esa noche, mientras subíamos a Youtube las declaraciones de Wert, parte de mi equipo y yo misma teníamos un brillo especial en los ojos. La adrenalina de hacer periodismo es algo que entiende cualquiera que esté atrapado por esta maravillosa y difícil profesión. ¿Qué quiero decir con mi equipo? Pues eso, que junto con Lara Monrosi, Nacho Tudela y Daniel Ortego formo un equipo radiofónico que va a dar mucho que hablar en este año recién nacido. Todavía no tenemos fecha de salida ni sabemos en qué emisora será. Pero no queda mucho para que podáis escucharnos al frente de un proyecto de radio que nos tiene locos de ilusión. 

Dedico este post a todos los que han perdido la esperanza, los que creen que no se puede, que su situación y la del país no tiene salida. SI, se puede. Las estadísticas están para romperlas. Lo único que hace falta es seguir esta receta:

1º Levantarse cada día con una sonrisa.
2º Mirarse a uno mismo con ojos limpios para intentar ser un poquito mejor. Nada de reproches o sacarse fallos. Seas como seas eres un ser maravilloso, especial y único. 
3º No rendirse nunca. Cuando tienes un sueño el universo conspira para que puedas conseguirlo. Manda a la mierda a quien te diga que no puedes. 
4º Si todo lo demás no funciona piensa que nada en esta vida es lo suficientemente malo como para perder la vida por ello o malvivir amargado por los problemas. Lucha por tu techo y tu comida, al resto que le den por saco.

¡FELIZ AÑO 2013 A TODOS, SOÑADORES!

The boxing bride

8/30/2012

Si, en seis semanas y dos días cambiaré de estado civil. ¡Me caso! Y siempre tuve muchas ideas preconcebidas de cómo era organizar una boda, como sería yo el día que me casara, mi relación, mi familia... ¡Qué inocente era! 

Debo contar, para empezar, que yo nunca quise casarme... Hasta hace unos años. De muy jovencita era lo que ahora se conoce como perroflauta y me veía con 30 años viviendo en una comuna hippie o dando la vuelta al mundo en una autocaravana. Las experiencias matrimoniales a mi alrededor no eran ejemplos inspiradores, así que decidí que si eso de estar casado salía mal, ¿para qué hacerlo? 

Pero fue Oni y apareció en mi vida. Con el paso de los días, meses y años me di cuenta de que no quería pasar ni un instante de mi vida alejada de el. En trece años de relación pasan muchas cosas, hay crisis, buenos momentos, malos recuerdos. De todo, vaya. Llegó un momento en el que mi cuerpo y mi mente me pedían ir un poco más allá, celebrar que nuestro amor había podido con todo y que seguiríamos juntos para siempre. Y ya la teníamos liada porque por primera vez empecé a ilusionarme con la idea de una boda. Para colmo a Oni se le ocurrió la brillante idea de proponérmelo y desde entonces hasta ahora ha pasado un año más rápido que un suspiro. 

Nuestro último año de solteros ha sido una montaña rusa. Todo el mundo cree saber cómo lo vives y, de hecho, te dice que para qué te casas si nada va a cambiar. ¡No saben cómo se equivocan!. Desde el momento en que pasamos de ser "novios" a estar "prometidos" todo se revolucionó. Afloraron miedos, dudas y pasiones a los que no nos enfrentamos antes porque "había mucho tiempo por delante". A mi, en ese momento, me daba pena no estar disfrutando de éstos meses previos con tanta comedura de coco. Ahora entiendo que necesitábamos darle a la pareja la vuelta como un calcetín, renovarnos y depurarnos. Eso nos ha unido yo creo que como nunca. 

Y así hemos llegado hasta agosto de 2012, el mes en que más nervios estoy pasando de toda mi vida. Todo a nuestro alrededor parece haberse vuelto una locura. Las personas que nos quieren están emocionadas con la boda y, a veces, casi más nerviosos que nosotros. Hasta el novio está atacado. Pero, como servidora tiene el carácter fuerte que tiene, todo el mundo justifica sus nervios con que yo se los contagio. Y no, porque me habré vuelto egoísta que no suelto ni un poquito de tensión. La gente, otra vez en su eterna sabiduría, me dice "¿por qué te pones nerviosa?" o "tómate las cosas de otra manera". No entienden que si pudiera hacerlo, lo haría. Pero no puedo. Temblé como una niña asustada la noche antes de encargar mi vestido de novia y ahora me despierto sobresaltada en medio de la noche sin motivo. O alcanzo niveles muy altos de ansiedad cuando simplemente estoy andando por la calle. A una futura novia (o bride, en inglés, una palabra que adoro) no se la debe tratar de entender, únicamente puedes consolarla, distraerla o ayudarla a terminar sus cositas. En ese aspecto soy la mujer más afortunada del mundo porque la red de redes puso en mi camino a un grupo de haditas que nunca me abandonan. La cuenta atrás ha comenzado y yo ya me he puesto los guantes para sortear, a puñetazos si hace falta, los días que me separan del altar. ¿Me acompañas? 


Carmina, revienta o échale cojones

7/06/2012

Perdónenme si me he vuelto un poco grosera pero a veces las cosas hay que decirlas claras y más cuando titulas, ¿o no? Y es que ayer la ópera prima de Paco León, Carmina o revienta, me planteé un par de cosas. Tengo una amiga con la que me identifico mucho en que ambas somos de armas tomar, mujeres que tenemos muy claro lo que queremos y no nos conformamos con menos. No nos gusta que nos miren por encima del hombro ni que nos traten de forma condescendiente. Apenas soportamos la supuesta caballerosidad que esconde un sutil y rancio sentimiento de superioridad. Por eso no nos reímos de los chistes de ligoteo ni contestamos al "estudias o trabajas" o al "¿qué hace una chica como tu en un sitio como este?". 


Sobre el papel esta definición debería ser la de una chica valorada socialmente por su capacidad crítica y su actitud hacia la vida. PUES NO. Muy al contrario, es todo un foco de problemas. En primer lugar con la sociedad en general, que espera que te adaptes a ella, que sigas la corriente y que, en todo caso, no propongas un plan alternativo. Vamos, mayormente lo que también esperan los hombres de nosotras. Así que si eres hetero ya tienes de entrada un problema por partida doble: con el mundo y con tu pareja. 

Como persona humana querrás echarte amigos, ERROR. Seguramente también saldrá más. Lo normal es que tomen tu manera de ser de dos maneras diferentes: o creen que quieres imponerles cosas porque cuando hablas lo tienes muy claro o les jode que no les dejes imponerlas a ellos. Y digo yo ¡mira como no se quejan de que siempre propongas planes molones, que te preocupes en que gusten a todos, te comas el marrón de organizar los pormenores! Claro que los amigos de verdad si que valoran estas cosas pero siempre pensarán que en el fondo eres una pequeña dictadora.

Está claro que la mujer "normal" debe tener los labios siempre pegaditos, limitarse como mucho a sonreír y ladear la cabeza como si fuera un Ewook en celo. En el fondo es lo que se espera de nosotras. Querido lector, si no me crees te pongo un ejemplo: ¿Quién te cae mejor, Marilyn Monroe o Angela Merkel? Pues eso. No es una cuestión de machismo, sino de expectativas.















Luego está la concepción social del liderazgo. Los líderes naturales están denostados en nuestra cultura porque son peligrosos para las estructuras de poder establecido que necesitan nutrirse de patanes en puestos importantes para perpetuarse. Toma ya. Pero ¿qué tiene todo esto que ver con Paco León y su madre? Ups, para variar se me ha ido la tecla al cielo y no lo he contado...

Carmina o revienta habla de una mujer fuerte, una matriarca, una líder natural que cuida de su manada echándole cojones a la vida. Un ejemplo a seguir y aún así una persona maltratada por la vida. Terminará por ser considerada una de las mejores películas españolas de lo que llevamos de siglo y auguro, al menos, nominación para Carmina Barrios. Si mezclamos a Tarantino con Almodóvar en sus películas con Carmen Maura y ponemos de protagonista a una señora de Los Pajaritos obtenemos algo muy parecido a esta cinta. Encima, viendo la peli, apoyas el proyecto de su hijo que (echándole también dos cojones) se ha enfrentado a la industria cinematográfica diciéndole que es posible vender películas por internet a 2€ y ser rentable. 

Moraleja: Si una mujer con los ovarios bien puestos ya puede cambiar el mundo por si sola ¿qué no conseguirá su estirpe? 

Dedicado a todas las mujeres que hayan recibido una palmadita en la espalda de su jefe y especialmente a una. We want to break free!!


You know my name (Look at the number)

1/09/2012

Es curioso como con el paso de los años olvidas muchas cosas pero hay momentos, instantes, cápsulas de memoria que quedan intactas. Con ellas construyes tu biografía que, por estar basada en recuerdos aleatorios, es parcial e inexacta. De mis primeros años de vida, por ejemplo, tengo recuerdos espaciados a lo biopic. Con cuatro años tuve mi primer mote. Acababa de empezar en el colegio y no entendía por qué los otros niños lloraban al entrar por las mañanas, tampoco me hacían gracia colorear ni las otras niñas. Así que imagínenme con lo "tiquismiquis" que yo era, que odiaba mancharme, jugando con los niños de clase. Me tomaban el pelo constantemente y, una vez, jugando a golpearnos unos contra otros me hice un arañazo en la cabeza. En un alarde de original preescolar mi primer mote fue "cabeza de sangre", por primera y última vez los chicos corrían al verme y yo tenía que pillarlos... nunca me ha gustado correr, por lo que el juego podía durar horas. 

Lo que si me fascina son los motes, supongo que porque los que me han puesto a mi siempre han sido una mierda. Al menos de los que tengo constancia. Demasiado obvios o sin carisma. El nivel de motes en el colegio no mejoró con "martirio" o "marta tiene un marcapasos" (largo hasta como título de canción, imaginen su complicación como mote). Lo malo de los motes es precisamente que no te enteras de los más ingeniosos. Yo estoy en contra de eso, porque mientras se hagan desde el respeto los motes son una gran ayuda para recordar de una manera divertida a la gente. En compensación de mis patéticos motes he ido adquiriendo con el tiempo una extraña habilidad de esas inservibles que homenajean Robert Rodriguez y Rose McGowan en Planet Terror: poner apodos. El principal damnificado por esa extraña pasión es mi chico, Oni. Pero ¡es que me las pone a huevo! Últimamente le toca ser el Grinch por méritos propios. 

Otra cosa que pasa con los motes es que te sientes orgulloso cuando se extienden. Cuando escuchas a alguien usar tu invención... eso no tiene precio. Normalmente intento buscar un apodo amable, que resalte una cualidad graciosa o particular de la persona como uno que se convirtió en especialmente popular en mi anterior trabajo fue "el camisetas" (de hecho tengo a ese chico en el móvil así y no recuerdo cómo se llama). Se le quedó el mote porque sus camisetas eran únicas, con un mensaje distinto para su estado de ánimo del día. Otro con cierta fama en mi época de teleoperadora fue "el cejitas" a un chico que las tenía especialmente bien puestas, incluso parecían depiladas. Leches, tampoco recuerdo como se llamaba... Ese es el peligro de los motes.

En definitiva, ¡pongan motes!. ¿Qué puede existir más entrañable que un mote cariñoso? Anímese, pero con una prohibición: NUNCA se ponga un mote a usted mismo. Eso es la muerte del mote, el anti-mote. Porque la función de los apodos siempre es que reflejen cómo los demás nos ven desde fuera y eso, a menos que te saques un ojo y lo sujetes con una mano... es complicado, ¿no? Además, ¿y lo que se aprende así sobre uno mismo? Pues eso. 

PD: Ala, el tocho que he soltado y todo porque ayer vi a mi amiga la "Cabbage Patch kid". 

You saved my soul

9/13/2011

Siempre llevo encima un cuaderno en el que debería escribir las ideas que se me ocurren cuando se me ocurren. Esta mañana, yendo hacia una reunión, empecé mentalmente a escribir una entrada para este blog cojonuda. Las palabras salían solas, todo fluía. Era una estupenda reflexión sobre los 30 años que acabo de cumplir, sobre que ahora es el momento de ir a por lo que quiero en esta vida y dejarme de tonterías... Palabras que se llevó el viento mañanero de Los Remedios.

Ahí quedó la cosa hasta que hace un rato, cansada de estudiar, me puse a buscar versiones raras de Los Beatles en Youtube. Y ahí estaba, el recuerdo nítido del año en que cumplí 20, hace justo una década. Todo resumido en una frase, el título de una canción: You saved my soul, (tú salvaste mi alma).  Esta es su historia:



Era finales del 2001 y yo, a mis recién cumplidos veinte, asistía a uno de los tres conciertos semanales que Los Escarabajos daban en el pub sevillano O'Neill's. Como siempre bailaba en primera fila, junto al escenario, con Teba, Jenny y los demás habituales mientras Oni me observaba. Había conocido al grupo casi de casualidad unos meses antes y desde que fui al primer concierto ya no me perdí ninguno. Ni siquiera los que eran fuera de Sevilla: Granada, incluso Valencia. Me iba casi a la aventura, quedándome en casa de alguien del canal #beatles de IRC Hispano, ¡qué tiempos aquellos! Apenas podías encontrar páginas web y en España no se comercializaba apenas el ADSL... pero ese es otro tema. 

Volvamos a aquella noche. Como buena incondicional me quedé hasta el final del concierto para saludar a los músicos pero aquella noche no sería una de tantas. Enrique Sánchez, el guitarra solista, me llamó aparte para enseñarme la portada de un disco que llevaban preparando mucho tiempo con gran mimo y por fin iba a ver la luz:


Tomaron como base maquetas que dejó John Lennon incompletas. Las arreglaron y terminaron como supuestamente lo habría hecho él basándose en lo que del artista se conocía. Enrique me enseñó el libreto, era precioso, una maquetación excelente... miré dos veces los agradecimientos y ahí estaba mi nombre, "Marta García". Curiosamente un apellido que ya ni utilizo pero que estaba ahí, en el primer y único disco en el que he aparecido (bueno, hice algunos coros para un cantante de copla... todos tenemos un pasado, amigos).

El caso es que me emocionó muchísimo aparecer en Lennonphile. En ese momento comenzaron a pasarme las cosas maravillosas que en mi infancia, muy dura, supe que me pasarían algún día. Al poco tiempo de que terminara mi contrato con Sevilla Rock recibí una llamada del grupo citándome para una reunión. Apenas pude dormir hasta ese día y siempre tenía el mismo sueño: me iban a proponer trabajar para ellos. Tal y como habían hecho Los Beatles con Neill Aspinall yo sería su mano derecha. Llegué a la cita sudando como un pollo, deseando pasar el trance de los saludos y las introducciones banales para saber si mi sueño se cumpliría. Ese día comencé a creer que si deseas algo con mucha fuerza, si lo pones todo de tu parte, puedes conseguir lo que te propongas. Me convertí en la joven aprendiz de manager de Los Escarabajos y con ellos me quedé hasta la separación del grupo dos años después. 

De ellos lo aprendí todo, fueron como el padre que no tenía. Cada día un sitio diferente, gente diferente, otro ambiente. Cuidaron de mi, en cierto modo me protegieron porque yo estaba muy verde en demasiadas cosas. Era como un pato mareado en la puerta de una sala de baile. Ni siquiera sabían que antes de conocerles yo estaba metida en un pozo muy profundo en el que únicamente tenía a Oni para tirar de mi. Y sin saberlo, me sacaron. En aquellos dos años fui muy egoísta, viví la vida a tope, sin desperdiciar ni un segundo. Tengo recuerdos inolvidables: mi primer viaje con ellos en furgoneta con bautismo de fuego incluido, la noche que pasamos en la casa encantada con pasadizos secretos, el bar del hombre negro que siempre vestía de naranja o la que liamos en una gala de misses no recuerdo dónde. 

Diez años después escucho esta canción, el primer single de Lennonphile, y les echo mucho de menos. Porque aquellos momentos ya no podrán volver nunca, ni Los Escarabajos a los que admiré. A ellos, a las personas con las que compartí esos años, les guardaré siempre un cariño especial. Porque les debo, en parte, la mujer que soy hoy en día. Porque me dieron la segunda mejor oportunidad que me han dado en mi vida. Porque seguro que muchas cosas que vengan en el futuro será gracias a lo que aprendí de ellos. Y porque, junto con Oni, ellos salvaron mi alma.

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Levedad

8/28/2011

Bueno, da vértigo pensar lo rápido que pasa el tiempo... sobretodo el verano. En el mes de agosto te quedas como anestesiado y cuando empiezas a reaccionar ¡ya ha terminado!. Cada año dices que al siguiente lo aprovecharas ¡y te vuelve a pasar lo mismo!. A mi blog parece que este mes le ha pasado lo mismo. Lo dejé el mismísimo día uno, con insomnio y alevosía. De tanto darle vueltas al coco parí un proyecto al que sigo dando forma casi un mes después (y espero relanzar en breve). Han pasado muchas cosas y muchas veces he dicho "esto lo tengo que publicar en el blog" pero me he dejado llevar por la inercia de un mes que parecía perdido pero, pensándolo cuando casi termina, ha sido muy importante. Casi el más importante del año si me apuran. Entre otras cosas he cumplido 13 años de relación y da vértigo. Nunca pensé que llegaríamos tan lejos, sobretodo cuando estuvimos en el mismo abismo hace muy poco.

Agosto termina, amigos, y un nuevo año empieza. He dicho muchas veces que septiembre es el auténtico año nuevo. Este año igual me equivoco porque para esta España en que vivimos el año seguramente empezará el 20 de noviembre, gane el "barbitas" Rajoy o el quijotesco Rubalcaba. Pero yo cumplo años en septiembre, concretamente el día 10, y cambio hasta de ciclo, hasta de cifra. Llegan los 30 antes de los cuales yo pretendía tener mi vida resuelta, un trabajo enriquecedor y dos o tres chiquillos. Los dos años anteriores el día de mi cumpleaños estuvo ligado a uno de los mejores y uno de los peores días de mi vida. En 2009 un artículo mío aparecía en la portada de un periódico, estaba cumpliendo mi sueño haciendo prácticas en la radio y me dieron una fiesta sorpresa. En 2010... vaya mierda de año... mejor no recordarlo.

En fin que, contra todo pronóstico, tengo ilusión y ganas porque llegue el día y afrontar la treintena con una sonrisa. Sin todos mis sueños cumplidos, vale, ni falta que me hace porque tengo lo más importante: la fortaleza, la estabilidad y las ganas de alcanzarlos. Y eso es un regalo que, si lo pienso detenidamente, no podía aspirar a tener hace diez años.


El arte de darle vueltas al coco

8/01/2011

Noche cerrada, un día cualquiera de primavera. Recuerdo despertarme de golpe y pensar en escobas. Después en el universo, ¿cómo es de grande?. Espera, ¡no lo sé!. Y, entonces, ¿qué hago yo aquí?, ¿es finita la vida?...

- ¡¡¡Mamáaaaaaa!!! Hay una escoba y tengo miedo.

No paré de gritar hasta que mi madre estaba a los pies de mi cama. No sé decir que edad tendría pero si sé que no había cumplido los siete. No podía dormir si había algo que no entendía, a lo que no encontraba explicación. Se me encogía el corazón y sentía algo parecido al miedo. Temor a lo que no conozco, a lo que no puedo controlar. A punto de cumplir los treinta sigo igual, o peor. Porque es hasta romántico desvelarse por las grandes preguntas del ser humano "¿de dónde vengo?" y "¿a dónde voy?". Ahora son temas más mundanos; cuando me quedo despierta hasta tarde suele ser porque he vivido una situación y no entiendo por qué ha derivado así o ha habido un comportamiento, mío o ajeno, que no comprendo. Y aquí estoy, casi las dos de la mañana y con un papel delante intentando expresar en un esquema procesos mentales que no son ni míos.

Fueron muchas las noches que desperté a mi madre con preguntas que ella no podía contestar, una santa es lo que era. Algo parecido le pasa a Jorge, al que pongo la cabeza como un bombo con mis tesis y conjeturas; mano de santo para quedarse dormido en poco tiempo el pobre mío. Al final, y también entonces, terminaba debatiendo conmigo misma y sacando conclusiones. Muchas veces de esas conversaciones salen entradas para este blog, otras tomo decisiones importantes... que suelen ser certeras. Creo que es porque en madrugadas como esta dejo salir a esa niña que con seis años se asustaba de la inmensidad del universo. Ella es la que debe aconsejarme y doy gracias por ello, porque con los años si que hay algo que se me va olvidando y que Paulo Coelho resumió en una frase: cuando crees firmemente en algo, el universo entero conspira para que puedas conseguirlo.

¡Buenas noches!



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Any time at all

7/21/2011

¿Sabes cuando tienes esa sensación de llevar mucho tiempo haciendo el gilipollas? Todo ser humano respetable debería tenerla al menos una vez... al mes. Replantearse a uno mismo es genial pero te hace sentir exactamente así. Y a pocas horas de emprender la segunda parte de mis vacaciones 2011 es como me siento.

Soy beatlémana desde hace quince años, media vida exactamente, a lo largo de los cuales he elaborado la "Teoría de la Buena Suerte Beatle". Consiste en que la cantidad de veces que escuches una canción de los Beatles o sus componentes en solitario será proporcional con la suerte que tendrás ese día. Es decir, si no escuchas ninguna pues tendrás la misma suerte que cualquier otro día pero si escuchas cuatro... oh, my god, ese día te pasará algo muy gordo. Llamadlo predisposición o lo que sea, pero a mi me funciona y punto. ¿A qué viene esto? Pues aparte de ser una teoría de mi propia cosecha que os regalo gratis fue el origen de que me sienta, como dice al principio, tonta. Y es que nuestro viaje de pareja a la Albufeira empezó como el culo. Bueno, tampoco es eso, pero era como si no hubiéramos salido de Sevilla. Seguíamos inmersos en el mismo círculo vicioso del que ambos queremos salir hace demasiado tiempo. Yo sabía en mi corazón que estas vacaciones servirían para romperlo pero con esa fe estúpida que no basas en nada excepto tu intuición.

Cuando empezaba a dudar, en el peor momento... De la nada comienzo a escuchar en pleno centro comercial cantar a Paul McCartney. Si, era una canción de uno de sus peores discos pero eso no influye en la teoría. Luego otra de George y esa misma noche, tomando algo en un pub, ¡dos de Los Beatles! Bueno pues, de alguna manera que no sabría identificar, cambiamos el chip. Dejamos de mirarnos y empezamos a vernos a través de nuestros ojos, a ver nuestro interior, a recordar qué sentíamos por el otro y por qué.

Ahí empecé a darme cuenta de que, muchas veces, no vemos lo que tenemos al lado porque lo damos por supuesto. Y yo no veía que tengo al lado una persona que nunca se rinde si es por mí, que es capaz de sacrificarlo todo y de dejarse la vida para que yo sonría. El destino, que es así de mamón, no para de ponerme desde entonces situaciones por delante que me hacen comprobarlo. Supongo que el tema está en que ahora he abierto los ojos y percibo situaciones a las que antes no daba importancia. ¡Hasta le exigía más diciéndole que no hacía nada por mí! Mañana me voy a Barcelona, a mi Barcelona, a descubrírsela a mi hermana pequeña y me muero de la ilusión. Y él se ha dejado la piel para que todo sea perfecto. ¿Es para sentirme gilipollas o no?

Cuando hace menos de un año descubrí por qué tengo los mejores amigos del mundo y de qué pasta estaban hechos no me sorprendí tanto. Será porque la confianza da asco y no valoramos lo que tenemos en casa. Menos mal que nunca es tarde para sentirse gilipollas y devolver una parte de todo ese amor recibido.

Y con esta reflexión me despido hasta la semana que viene que volvamos del viaje. Y como mi hermana pequeña, Macarena, escribe que es una delicia intentaré que nos haga una pequeña crónica de la primera visita a la ciudad que la vio hacer.

¡Sed felices!




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Brainwashed (Primera parte)

7/14/2011

Esta entrada será muy peculiar porque necesita de vuestra participación. Os dejo esta canción de George Harrison sin contar nada más: el contexto en que la escribió, sus motivaciones, cuándo la escribió... Y me gustaría que opinárais sobre la letra, a ver si os parece que tiene relación con cualquier tipo de religión, el movimiento 15M, el movimiento sindical o cualquier tema referente a los tiempos convulsos que vivimos en España y el resto del mundo. Me haría muy feliz poder publicar una segunda parte en la que explicaré el contexto de la canción y expondré todo el crisol de opiniones que hayáis dado a ver si sacamos alguna conclusión. ¿Qué os parece? Venga, que estamos en vacaciones y así mantenemos las neuronas despiertas. ¿Quién se anima?



Nos lavan el cerebro en la infancia,
también en el colegio.
Los profesores nos lavan el cerebro,
ellos y todas sus normas.

Los líderes nos comen el coco,
también nuestros reyes y reinas.
Nos lavan el cerebro a las claras y también entre bambalinas.

Dios, Dios, Dios, una voz llora en el desierto.
Dios, Dios, Dios, fue en la noche más larga.
Dios, Dios, Dios, una eternidad en la oscuridad.
Dios, Dios, Dios, alguien apagó la luz espiritual.

Nos come el coco el Nikkei,
también el Down Jones.
Nos lo come el FTSE, el Nasdaq y los préstamos con garantía.
Nos lavan el cerebro en Bruselas
y también en Bonn.
Nos lavan el cerebro en Washington
y en Westminster, Londres.

Dios, Dios, Dios, tú eres la sabiduría que buscamos.
Dios, Dios, Dios, el amante que extrañamos.
Dios, Dios, Dios, tu naturaleza es eternidad.
Dios, Dios, Dios, tú eres la existencia, el conocimiento y la dicha.

[Texto hablado]
El alma no ama, es amor en sí misma.
No existe, es existencia en sí misma.
No tiene conocimiento, es el conocimiento.
¿Cómo conocer a Dios?, página 130.

Le lavaron el cerebro a mi tío abuelo,
también a mi primo Bob.
Incluso cogieron a mi abuela mientras trabajaba para la muchedumbre.

Te lavan el cerebro mientras duermes
o mientras estás en un atasco de tráfico.
Te comen el coco mientras lloras como si todavía fueras un bebé en su cochecito.

Nos comen el coco los militares,
y bajo coacción,
Los medios de comunicación nos lavan el cerebro,
tú estás absorbido por la prensa.

Tenemos el coco comido con los ordenadores y con los teléfonos móviles.
Con el cerebro lavado por los satélites, nos tienen el cerebro lavado hasta los huesos.

Dios, Dios, Dios, ¿por qué no nos guías en este desorden?.
Dios, Dios, Dios, desde el lugar de lo Concreto.
Dios, Dios, Dios, no hay nada peor que la ignorancia.
Dios, Dios, Dios, simplemente no aceptaré una derrota.

Dios, Dios, Dios, debe haber algo que olvidé.
Dios, Dios, Dios, allí, en la avenida de las gilipolleces.
Dios, Dios, Dios, si pudiéramos cortar por lo sano.
Dios, Dios, Dios, me gustaría que tú también nos comieras el coco.

(Traducción: Marta G. Navarro)

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Free as a bird

6/29/2011



La libertad es una de las cosas más complicadas de conseguir en la vida. Porque, a diferencia de lo que se pueda pensar, no consiste en hacer lo que uno quiera en cada momento. ¡Bendita ingenuidad!. Para ser libre, amigos, es necesario ser consecuente con uno mismo y eso no es tarea fácil. Requiere de varios pasos:

1º Conocerse a uno mismo. Básicamente porque no puedes saber lo que quieres si no sabes quién eres. Convencerse de lo contrario hace que terminemos entrando en contradicción con nosotros mismos. Es como con los amigos, ¿cómo saber qué regalarle si solo creo conocer sus gustos? Pues eso. Y para conocerse hay que asumirse, algo que muchos no están dispuestos a hacer porque implica aceptar nuestras limitaciones e incorporar nuestros defectos. Ahí ya no vale empeñarse en que somos esa imagen mental que pretendemos ser ni tenemos una barriga perfecta o medimos metro ochenta. No entiendo muy bien el por qué, pero hay gente que dice ser más feliz quedándose en esa imagen en lugar de descubrirse y quererse como es en realidad. Yo no he sido más feliz en mi vida que después de pasarlo fatal para asumirme e incorporar todo lo que no me gustaba de mí misma a mi vida. Hasta entonces no he sido consciente de mis limitaciones y, por tanto, no he podido manejarlas.

2º Una vez que nos conocemos tenemos que descubrir qué queremos y, sobretodo, qué no queremos. Porque puede ser que lleves toda la vida estudiando para juez y descubras que lo haces influído por tu familia (todos jueces) cuando a ti lo que te gustaría es montar una papelería porque adoras el olor a papel nuevo. O que lleves el pelo rubio porque te dicen que te queda mejor cuando siempre quisiste ser pelirroja. Cosas tan simples como el tipo de ropa o zapatos que llevas puede ser que realmente no sean lo que te gusta pero ni te hayas dado cuenta. De nuevo es una fase complicada, porque lo sencillo es no plantearse el por qué hacemos las cosas, parece que esa fingida estabilidad nos reconforta. Me reconozco adicta a la estabilidad emocional, no lo voy a negar, pero la REAL. Fingir que todo es perfecto en nuestra vida sin ponerlo en tela de juicio ni preguntarle a nuestras tripas si es lo que realmente nos motiva... creo que a lo único que conduce es a una futura frustración. Ojo, ahí también entra el concepto de la "compensación". A lo mejor tienes que hacer algo que no te gusta demasiado para tener otra cosa que si te motiva... Suelen llamarlo relaciones de pareja, jajajaja. También pasa en otros ámbitos, pero el ejemplo me venía que ni al pelo. Y siguiendo por ahí está claro que mantener una relación por el hecho de tener pareja sin que te COMPENSE forma parte de esa fingida estabilidad de la que os hablaba.

3º Ya sabemos quiénes somos y qué queremos. ¡Enhorabuena, valientes! Ahora toca remangarse y pelear por ello. Porque del dicho al hecho va un trecho, amigos. Al principio tendrás demasiada prisa creyendo que con saber lo que quieres ya es suficiente. Pero poco a poco te darás cuenta de que en el proceso tendrás que tomar decisiones que no te gustarán, que mucha gente a tu alrededor no comprenderá. Ahora no te podrás engañar a ti mismo, tendrás que ser consecuente con eso que sabes que quieres para el resto de tu vida. En todos los ámbitos, si tus tripas te dicen "esa relación no tiene futuro" tendrás que dejarla, si te dicen "lucha" tendrás que luchar y si el mensaje es "deja esas oposiciones y monta una papelería" pues, ala, te tocará ahorrar, hacer un plan de viabilidad... No se trata de lanzarse al vacío, sino de ser consecuente y hacer posible lo que deseamos con cabeza.

Seguir estos pasos es complicado pero ¿sabes qué te espera al otro lado? LA LIBERTAD. Lo consigas o no, serás fiel a ti mismo, serás libre. Y ese es el mejor regalo que puede hacerse un ser humano a sí mismo. Algo que tenemos que aprender de los animales, ellos nunca van contra sí mismos, siempre siguen su instinto, se protegen. Ellos son más libres de lo que nosotros podremos ser nunca, así que observadles. Ya lo decía John Lennon y lo terminaron de cantar los Beatles supervivientes en el video que os dejo al principio, y él sabía mucho de eso de ser libre como un pájaro.

¡Feliz y libre miércoles!

Mari Pepa Melguizo

6/06/2011

Son casi las nueve de la mañana de un día cualquiera en la primavera de 1996. Con paso acelerado cruzo la puerta de entrada del instituto Luis Cernuda y me apresuro a entrar... en la cafetería. Ya es tarde para llegar a clase de historia y pienso que con el buen tiempo que hace seguro que encuentro alguien con quien pasar el rato hasta la siguiente hora. Además, esa supuesta capacidad de decidir si asisto a clase o no me hace sentir mayor, importante. Pegada al patio veo una mesa ocupada y cojo una silla para unirme a la conversación, me siento y suena un gran estruendo. La puerta golpea violentamente la barra y tras ella, majestuosamente, aparece Mari Pepa Melguizo. La gran soprano solista, pese a sus dolencias, permanece de pie, inmóvil mirándome fijamente. Sin mediar palabra me señala la salida y como gran diva que es hace mutis por el foro dejando tras de si una atmósfera especial. Me levanto de un respingo y corro tras ella, cuando entro en clase de historia ya está al frente así que voy hacia mi sitio entre miradas jocosas de algunos compañeros... Estoy convencida de que Mari Pepa ya les ha contado el incidente.

Así era Mari Pepa, mi profesora de historia. Grande, en todos los sentidos. Con la cara más expresiva que me haya encontrado jamás pero siempre simpática, divertida, picarona. Unos ojos grandes que, detrás de sus gafas, podían derretir el acero con una de sus irónicas miradas. A Mari Pepa le gustaba repartirnos los exámenes uno a uno, llamándonos a su mesa delante de toda la clase. Cuando te nombraba y la mirabas, ya sabías cómo había ido el asunto. Puedo presumir, sin querer parecer vanidosa, de su afecto. Y no sólo porque interrumpiera una clase y casi sin poder andar me sacara de la cafetería, no. Una vez me puso en un examen un 9'9 de nota. Mientras me acercaba a su mesa a recogerlo, contó a mis compañeros que esa décima me la quitaba "de coraje" por poner 2º Milenio con números romanos. Otra vez al llegar a clase nos encontramos escrito en la pizarra "MARTA CREE QUE PERÚ LO CONQUISTÓ ANTONIO PIZARRO" (nombre de mi profesor de matemáticas, el conquistador era Francisco Pizarro y confieso que aún confundo los nombres xDDD). Las burlas por ese asunto duraron años. También recuerdo con cariño el día en que mi amiga Sandra cumplía años, yo estaba en un examen de historia y le pedí a Mari Pepa salir para darle el regalo. Si, en medio del examen. Y si, me dejó con un "pero Martaaaaa" y mirándome como si me perdonara la vida, muy teatral como ella. Esa era Mari Pepa y yo abusaba de su cariño, la verdad.

Pero no quiero ser egoísta porque sé que el amor de Mari Pepa era para todos sus alumnos. Aunque ella dejó este mundo hace ya mucho, por 2001, me emociona ver que en el rinconcito que tiene en Facebook nuestro instituto todavía es la más recordada y querida. Será porque en sus clases se aprendía mucha historia y mucho de otras cosas. Como música; ya he contado antes que Mari Pepa era soprano, solista en el Maestranza para más señas. Había tenido una larga trayectoria profesional y era muy fan, creo recordar, de Plácido Domingo (y espero no equivocarme porque parece que me la imagino clavándome la mirada por el error). La que no le gustaba nada era Montserrat Caballé, nos contó que con esto de las Olimpiadas le tocó grabar en playback con ella y era una diva insoportable, como no le gustó el tipo de madera con que estaba hecho el camerino se negaba a actuar. Luego el coro de la Maestranza le quiso cantar un villancico y los rechazó. Reconozco que ahí le cogí yo también manía a la Caballé, hacerle eso a mi Mari Pepa, vamos.

Tampoco era raro que nos cantara en clase. La interpretación más hermosa que he escuchado en mi vida del coro del Nabucco nos la regaló un día, sin venir a cuento, después de contarnos de qué iba la ópera de Verdi en medio de una lección sobre la Edad Media.



Lo único malo de Mari Pepa es que había épocas en que no la veíamos por clase. Todos sabíamos y ella no ocultaba que aquellos, sus últimos años, no tuvo mucha suerte. Sufrió mucho con las enfermedades y posteriores fallecimientos de sus padres pero, lo grande de Mari Pepa, es que hablaba de ello con afectación pero transmitiendo siempre energía positiva. Incluso nos leyó la esquela que a su padre, Francisco Melguizo, dedicó ABC de Sevilla por ser uno de sus más destacados críticos musicales. En esa edad tan egoísta que es la adolescencia, nos enseñó sin que nos diéramos cuenta a enfrentar las estocadas de la vida con una sonrisa, sin perder el buen humor pero sin querer pretender que todo está perfecto. Mari Pepa tenía un aura solitaria, enigmática. Se decía que de joven había sido miss y lo cierto es que su rostro era de esos que se nota que han encerrado una gran belleza porque conservan mucho de ella. Era fuerte, enérgica, nunca se rendía. Daba clase casi sin poder andar, aunque tuviera que darla en el salón de actos porque no podía subir escaleras. Aprendí de ella que nunca es tarde, que los romanos para pedir 5 cervezas levantaban dos dedos en forma de V, a ver la parte hermosa de la vida siempre y a no tirar la toalla.

Un día, muchos días después del de la cafetería, me encontré a alguien del instituto. No sé a quién ni por qué, pero me contó que había fallecido y que le harían un homenaje por días después en el Cernuda. Si recuerdo perfectamente el sitio en que estaba, que tras recibir la notica volví a casa entre incrédula y asombrada para luego romper a llorar. Era la primera vez en mi vida que se iba alguien a quien yo quisiera, y la quería tanto. Entonces comprendí que ella no me habría querido ver llorar, miré al cielo, la recordé cantando, poniendo caras teatrales mientras daba los exámenes. Me acordé del porrazo que le dio a la puerta de la cafetería como diciéndome "Marta, levanta el culo y lucha. Por mí".

Muchas veces me he acordado de ese portazo desde entonces, Mari Pepa, y muchas veces me habrías tenido que volver a reñir. Pero no me he rendido, y tu recuerdo hace que quiera que un día te sientas orgullosa desde tu pedacito de cielo. El día que supe que te habías ido me prometí que nunca te olvidaría, pocas promesas en esta vida me ha costado tan poco cumplir. Porque una estrella fuerte, poderosa y brillante como tú, se resiste toda la eternidad a apagarse.

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"Vale, tengo un problema con..."

5/11/2011

Muy pocas son las veces que empezamos una frase con estas palabras convencidos de lo que estamos diciendo. Supongo que es porque en esta sociedad occidental en que vivimos tenemos tan interiorizado el sentimiento de culpa que asimilamos que reconocer un error es vergonzoso. Pero, amigos, no hay nada más liberador para el espíritu que dar un paso al frente y reconocer que algo te supone un problema o que has hecho tal cosa mal.

Siguiendo mis propios consejos hace unos días (cuatro concretamente) di un golpe en la mesa y dije: "¡Si! ¡Tengo un problema con la comida!". Como lo dije gritando, el pobre Oni se giró asustado pensando que le decía algo a él. Explicar los motivos de mi problema me llevaría tres entradas de blog y una sesión de psicoterapia pública, aunque lo bueno es que los tengo perfectamente identificados y con que yo lo sepa, basta. Lo que si puedo explicar es qué problema tengo con la alimentación. Es sencillo, relaciono los momentos felices con comida. Si veo una película sólo la disfruto con unas palomitas y un refresco, si quiero que sea un día especial tiene que ir acompañado de una comida especial. También como cuando tengo un mal día, cuando quiero evitar reaccionar desproporcionadamente ante una situación o si creo que puedo tener ansiedad.

La gota que ha colmado el vaso ha sido descubrir qué narices era el síndrome de abandono, ¿lo recordáis?. Pues es que desde que soy consciente de que la mayoría de malas sensaciones que tengo durante la semana provienen de este síndrome trato de asilarlas, eliminar de mi mente ese malestar infundado. Y, claro, ¿qué mejor ayuda que unas grasas saturadas o un mucho de azúcar para subirme el ánimo?

A eso debemos sumarle que soy consciente hace tiempo de que necesito mejorar mi forma física, ya no por el peso que tengo de más sino por una cuestión de salud. Lo que pasa es que hasta ahora tenía otras prioridades anímicas y de desarrollo personal. No me arrepiento, creo que he seguido mi proceso vital en el orden correcto: primero un gran conocimiento de mí misma y después cambiar malos hábitos que me hacen infeliz.

Estoy siguiendo un método patentado por Oni y por mí (el Método Michael Jackson), con una dieta recomendada por un nutricionista y una rutina de ejercicios supervisada por un profesional. Además me he hecho un reconocimiento médico previo para no correr riesgos. Me he propuesto perder unos veinte kilos y, lejos de avergonzarme, me enorgullece haber sido capaz una vez más de coger otro toro por los cuernos. Porque, señores, la vida es tremendamente corta y perderla lamentándose por lo que podríamos hacer y no hacemos es UNA SOBERANA TONTERÍA.

Así que os lanzo el siguiente reto: Durante 60 días seguiré a rajatabla el Método Michael Jackson y pretendo perder por lo menos la mitad de esos 20 kilos, ¿qué reto haréis vosotros para acompañarme? Tiene que ser algo que siempre estáis dejando para otro momento, algo que realmente deseáis hacer pero nunca hacéis: el carné de conducir, dejar de fumar, perder peso también, aprender a hacer el moonwalker... Venga, a ver si viendo vuestros retos me motivo para seguir en mi empeño.

¡Feliz miércoles! Y, en especial para mi Oni que hoy cumple 31 añacos.



¿Desea saber más?

Si te ha gustado esta entrada te recomiendo la lectura del siguiente post de Kirai: Hansei


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A day in the life

5/07/2011

Queridos lectores:

Hace unos días os hablaba en este mismo rincón del Síndrome de Abandono. Me enorgullece decir que en tan poco tiempo soy capaz de identificarlo cuando me sobreviene. Lo que me ha sorprendido es que no es algo esporádico sino que son varias las veces al día que me embarga ese sentimiento de rechazo, esa sensación de que el otro es consciente de lo malo que hay en mí y eso provoca su reacción. Así que en cuanto me doy cuenta, lo corto de raíz y ¡zas en toda la boca!, desaparece. El problema que me estoy encontrando, por ahora, es que como sabéis la energía ni se crea ni se destruye sino que se transforma. Y todas esas veces que me he contenido para no sentirme abandonada me pasaron factura hace unos días con un rato de estado de ansiedad al más alto nivel. Desde entonces estoy probando un consejo de mi amiga Carmela: "cuando algo te agobie mucho míralo desde fuera, como si el asunto fuera de otra persona". Esa especie de viaje extracorpóreo me está sirviendo de momento, ya os contaré si tiene algún efecto secundario o es la solución definitiva.

Por otro lado, señoras y señores, he empezado a tomar consciencia de que este año abandono la veintena. Lo bueno es que como dice el refrán "mal de muchos, consuelo de tontos" y antes que yo han cumplido los treinta dos amigas muy queridas en los últimos meses por lo que de un tiempo a esta parte es frecuente que salga el tema de en qué vamos notando la edad. La verdad es que físicamente lo noto poco de momento, supongo que como tengo la forma física de una ameba debo asfixiarme más que una viejita del imserso con su sombrilla cogiendo sitio en Benidorm a las ocho de la mañana. A nivel de coco tampoco he notado nada raro aparte de esa sensación de "quiero hacer X antes de cumplir los 30" (cámbiese X por la carrera, por planes de boda, por encontrar trabajo en la radio o por aprobar las pruebas de acceso al master de El País... mismamente). Me agobia pero relativamente, porque si me quedo (virgencita) como estoy también soplaré la tarta muy feliz. Más me preocupa cómo narices celebrarlo, porque vamos a ver... es un acontecimiento emblemático, un número redondo y sólo pasa una vez en la vida. Claro que en vista de cómo celebré los 29 me dan ganas de largarme yo sola ese día a la otra punta del país y no coger el teléfono.

Me he ido por las ramas de mala manera, pero para compensar os diré en qué si he notado que voy para lo que vulgarmente se conoce como "pureta": No sólo me he aficionado a "Sexo en Nueva York" sino que me siento identificada con algunas tramas... Ahí lo dejo, saquen sus propias conclusiones, amigos, que yo por esta noche ya me he enrollado de mala manera.

¡Feliz fin de semana!

PD: Pero sigo odiando a Sarah Jessica Parker :P

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Let it be

5/03/2011

Cuando me he quedado a solas conmigo misma, en los momentos más duros, él ha estado conmigo. Siempre animándome, a su manera, pero sin moverse de ahí. Y en mis momentos más oscuros se ha plantado delante mía para reconfortarme, para abrazarme e incluso tomarme en sus brazos y levantarme.

Si cuando nos hemos roto el corazón el uno al otro hemos salido adelante, tiene que ser por algo. Si aunque tuvimos que separarnos hubo una oportunidad que supimos ver para salvar lo nuestro, tiene que existir un por qué.

En las noches lluviosas él brilla como una luz dentro de mí que no se apaga hasta el amanecer. Nos levantamos mirándonos a los ojos, escuchando una música que sólo suena en nuestros corazones. En ese momento nos parece imposible poder sentir tristeza.

Así que si, no me pesa dejarlo estar. No me importa esperar a que estos acordes sean nuestra marcha nupcial mientras nos seguimos susurrando agridulces palabras al oído.


Basado en la letra de Let it be y dedicado a alguien que probablemente no lo leerá.
 

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