Cápsulas de memoria II: Preparando El Ex-Presidente

9/02/2006

En las semanas que siguieron, la multitud que se había apuntado al grupo de teatro deslumbrados por el Superstar fueron perdiendo el interés, sobretodo después de que nos dividieran en un grupo de veteranos y otro de novatos. Lo mejor de las clases era Jose Mari Barea, nuestro director. Era duro y exigente en los ejercicios, además se notaba que no se le escapaba nada, pero a la vez era muy divertido. Por el momento todo eran ejercicios de deshinibición, control del espacio escénico, voz, cuerpo y, sobretodo, improvisación. Aprendimos a trabajar en equipo con los compañeros dentro y fuera de las clases, porque entre los que fuimos quedando se iba formando una piña.

Una de las cosas más importantes del grupo, si no la que más, era la asistencia y la puntualidad. Si faltabas 3 veces ya podías despedirte de que se te tomara en cuenta en el grupo, así que todos nos afanábamos por cumplir los días de ensayo. En mi caso era muy complicado. Mi situación familiar era muy problemática y cuando no me castigaban tenía rollos familiares. Además, parece ser que no sentó muy bien en casa que me fuera todos los miércoles la tarde entera a hacer teatr, así que lo boicoteaban a propósito. Por esos motivos tuve que faltar un par de veces, con la mala suerte de que la segunda fue el día en que Jose Mari presentó la obra que haríamos, El Ex-Presidente de Juan José Alonso Millán, e hizo la prueba para los papeles.

A la semana siguiente nos repartieron el texto a todos y algunos incluso tenían claro qué papel harían aunque todavía no era oficial. En cuanto tuve en mis manos la obra supe que quería ser Mayte Sepúlveda, una joven provinciana cantante de zarzuelas (era una obra de teatro absurdo). Era el papel más importante, porque aparecía al principio de la obra y no volvía a bajar del escenario. Tuve claro que no me lo darían porque había faltado dos veces en las últimas semanas y, además, el día que se presentaba la obra era uno de ellos. Sin embargo ese día me tocó hacer de Mayte en la lectura y, cuando terminamos Jose Mari nos comentó que dos actores veteranos, Roberto Terán y Julián Alcántara, le ayudarían con la dirección. Ya les hubiera gustado volver entonces a sus "fans". El caso es que Roberto y Jose Mari me llamaron aparte en un momento de la clase y me dijeron que querían darme una oportunidad para ser Mayte Sepúlveda aunque hubiera faltado dos veces. No me lo podía creer, fue uno de los días más felices de mi vida. Era como vivir un sueño y no poder pellizcarte porque estás despierto.

Dormía con el texto bajo la almohada y lo estudiaba a todas horas, incluso durante las clases. Si me encontraba por los pasillos al chico que hacía de Héctor, mi galán en la obra, repetíamos el texto como el que se saluda normalmente. Al poco tiempo no sólo me sabía mi texto, sino la obra entera de cabeza. Los ensayos eran duros, sobre todo aprenderse tantas posiciones y expresar algunos sentiemientos en momentos determinados. Una vez tenía que cantar y como no podía, Roberto estuvo a punto de tirarme el casco de la moto a la cabeza. Cada vez quedábamos más días a la semana, primero miércoles y sábado, después también los lunes y durante el último mes quedamos prácticamente todos los días. La obra se acercaba y aunque algunos estábamos más que preparados otros no se sabían ni sus papeles.

(Prometo intentar conseguir fotos para ponerlas)

CONTINUARÁ...

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