Sueños

2/14/2009

Por fin termina una semana extraña, tan extraña que he tenido mucho tiempo para no hacer nada. Y me explico. El viernes pasado terminé exhausta después de los exámenes, mental y anímicamente agotada. Pero feliz porque había sido capaz de afrontarlo, no me había entrado (al menos no demasiado) el pánico de última hora, no había tirado la toalla. Me propuse disfrutar la semana siguiente, pues no tenía facultad, y hacer todo eso que no puedo hacer nunca: leer sin prisas, grabar podcasts, colgar los posters en mi cuarto, colocar las cortinas, quedar con amigos... Pero ¿qué pasó? Pues que cuando tengo demasiado tiempo libre por delante me bloqueo, me paralizo. Es absurdo, lo asumo, pero mientras que soy capaz de controlar otras reacciones extrañas de mi mente y mis hormonas aún no lo he conseguido con el exceso de tiempo. Es duro aprender a conocerte a base de oportunidades perdidas, pero con cada caída me hago más fuerte y me levanto con más determinación.

Pero como la vida es equilibrio parece que toda la energía que yo he desperdiciado la ha empleado mi mente en fabricar sueños a porrillo, porque vaya semana de noches intensas que he tenido. Auténticas aventuras mentales con persecuciones, finales felices e intrigas. He soñado con mi futuro, incluso me pasé una noche entera soñando estar embarazada y ¡hasta en sueños es molesto! pero maravilloso a la vez. ¿Cómo es posible que la mente reproduzca sensaciones que no has tenido? Te levantas entre decepcionado y extraño porque llega un momento en que crees estar viviendo una realidad.

También he soñado con que trabajaba en la radio y ¡me llevaba al bebé al trabajo!. Supongo que es porque siempre he pensado que la profesión de periodista y la maternidad son perfectamente compatibles. Era una locutora de éxito aunque me llevaba horas y horas metida en la cabina. Hubo otros sueños extraños, como el jueves por la noche que soñé que era viernes al mediodía y habían publicado las notas de Relaciones Internacionales. No diré la nota que ví que había sacado, pero puedo decir que además ví la nota de Sara, compi de clase. Cuando se publiquen en la realidad diré si me he equivocado o no... Lo curioso es que ya me pasó una vez algo parecido. El día antes de la publicación de las notas de selectividad, hace muchos años, soñé que tenía un 8'66 de media entre BUP, COU y Selectividad. Y, curiosamente, tuve un 8'99. ¿Coincidencia?

El caso es que yo no creo en las coincidencias pero sí en la mente. Pienso que tenemos un subconsciente tan poderoso que es capaz de analizar millones de parámetros que pasan inadvertidos a la percepción consciente. El cerebro los procesa y saca conclusiones que ni remotamente nosotros podríamos imaginar. A veces nos llegan esas conclusiones a modo de "dejavu", otras cuando tenemos "una mala sensación" o "un presentimiento" y, al menos en mi caso, la mayoría de las noches a través de los sueños. Lo que espero es que no se cumplan todos, porque algunos tienen un amargo final.

Me despido con una canción que una vez soñé cantar en público y, ¿casualidad?, la canté:





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1 comentarios:

Tillocai dijo...

La mente es algo tan complejo que nunca lo llegaremos a entender al 100% la verdad.

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