Mama

5/26/2009


No, no es una falta de ortografía. Así llamábamos de pequeñas mis hermanas y yo a mi madre. Si me pongo a pensar los primeros recuerdos que tengo de ella quizá serían los tirones de pelo que me daba para cuadrar en mi cabecita esos coleteros con antena que se llevaban en los 80. No cabe duda que uno de los inconvenientes de ser la mayor es que los experimentos de peluquería los sufre una. Si busco, en cambio, el mejor momento con ella de mi infancia vienen a mi memoria sin proponérmelo esas madrugadas en la terraza del piso donde viviéramos. Nunca sabré cómo lo hacía pero cuando no me podía dormir siempre me estaba esperando sentada fuera, bajo la luz de las farolas, con un plato de dulces (siempre cruasans y donuts) o un paquete de pipas. Me gustaba porque en esos momentos no éramos madre e hija sino dos amigas charlando de lo divino y lo humano. Ni siquiera nos contábamos nuestras cosas, simplemente estábamos juntas compartiendo opiniones y silencios. Cuando tenía unos 10 o 12 años nos mudamos a un piso sin terraza y esas veladas no se volvieron a repetir.

Hoy he recordado todo esto mientras hablaba con Belén, compañera de clase y de blog. Le contaba batallitas de mi vida cuando me dijo que tenía una gran madre. Me quedé pensativa por un momento, analizando sus palabras, y sonreí para mis adentros al pensar lo orgullosa que estoy de ella. Es, y siempre ha sido, una mujer fuerte. Nunca se ha dejado amedrentar por nadie ni por nada aunque eso le haya traído problemas a lo largo de su vida. En muchos aspectos es un ejemplo a seguir, una pionera. Desde muy joven ha tenido afición por escribir, Que yo sepa empezó por las cartas y, desde hace no sé exactamente cuántos años, escribe un diario de vida. Ojalá algún día se decidiera a compartirlo porque de ahí saldría una biografía digna de best-seller o de película. Pero esa historia deberá contarla ella.

Lo que realmente quiero es compartir lo que he aprendido de ella. Porque eso, en gran medida, me ha hecho ser como soy. Siempre dice que su objetivo era enseñar a sus hijas a volar. Que una madre coge a sus crías del suelo y las vuelve a poner en el nido para que se las apañen ellas solas. No nos impuso su criterio sobre lo que debíamos hacer con nuestra vida, nos enseñó el valor de lo ganado con esfuerzo y a no depender de nadie Otra cosa no, pero todas hemos salido muy independientes. Así que eso lo consiguió.

Me hizo comprender que el camino del odio no llegaba a ningún sitio, que ante el que te hace daño es mejor la comprensión y la indiferencia. Esa lección me costó muchos años asumirla pero cuando la asumes resulta absolutamente liberadora.

Su tercera gran lección, al menos la que yo destaco, es la del amor a los hijos. Su expresión favorita era "mis niñas por delante". No recuerdo que mi madre haya ido a ningún sitio sin nosotras, ya fuera a tomar algo con amigos, a comprar, de viaje... Me enseñó que un hijo no es una carga sino una bendición. Que no te cierra puertas sino que amplía tus horizontes. No solo no dejas de poder hacer cosas sino que disfrutas mucho más de las que haces porque las compartes con ellos.

Releo mis propias palabras y solo puedo añadir que yo misma no entiendo lo poco que le digo que para mí es un honor que sea mi madre. Pero como sé que es lectora asidua de Campos de Fresas terminaré diciéndole simplemente: "¡gracias, mama! Espero con ilusión muchas noches más con cruasans y donuts, en tu terraza o en la mía".


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3 comentarios:

Sara dijo...

que sean muchas más noches de cruasans y donuts, mi querida Genma :)

Anónimo dijo...

KERIDA HIJA PARA MI ES UN ORGULLO TENERTE COMO HIJA.TE CUENTO UN SECRETO,TU ME AYUDASTE MUCHO MAS DE LO K IMAGINAS,CUANDO NO TENIA FUERSAS PARA TIRAR DEL CARRO ME IVA A TU COLE Y CUANDO ME HABLABAN DE MI HIJA MARTA MEIMPULSABA A SEGIR.TE QUIERO HIJA NO ODIES NUNCA PUES POBRE DEL K SE PERDIO LOS CRUASANS Y DONUTS A TU LADO.UN BESO

Anónimo dijo...

Aunque es la primera vez que entro en su blog me he quedado muy impresionado del gran desarrollo que has logrado en el mismo.Reconozco que aun la conosco muy poco pero si lo que se deja entre ver es tan tremendo como lo que ya conozco desde luego será un placer para mi tomar croasanes y donuts contigo y con tu madre.

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