De subidas y "bajones"

10/29/2009


Para mirar con amor el mundo antes uno tiene que quererse a sí mismo. Y eso es jodido, muy jodido. ¿Nunca os ha pasado que coincidís en estos caminos de la vida con alguien a quien no soportáis porque os sentís identificados con algunas actitudes suyas que no os gustan de vosotros mismos? A mi muchas veces. Y reconozco que lo sigo pasando mal, por más que aspiro a esa utopía de aceptarme con virtudes y defectos y limar estos últimos hasta convertirlos en los primeros. Hace ya unas semanas me dijeron que era muy suspicaz, por ejemplo. Totalmente cierto, es más, es de esos rasgos que todos tenemos muy acentuados pero no somos conscientes de ello hasta que nos lo dicen. Pues bien, ahora entiendo por qué me toca las narices la suspicacia en los demás. Apliquemos eso a todo.

Pero bueno, esto dentro de lo que cabe no me preocupa. Intentaré buscarle menos los tres pies al gato aunque reconozco que me será difícil porque (que no salga de aquí) en el fondo me encanta. En cambio otras reacciones que tienen mi cuerpo y mi mente sin pedirme permiso si me preocupan. Hoy hablaremos de los "bajones". Lo primero es definirlo, llamaré "bajón" a el estado de ánimo de completa apatía e inmovilismo posterior a un acontecimiento desagradable de cualquier tipo. Ese "bajón", en mi caso, tiene las siguientes fases:

Fase 1, el lamento. En esta fase el sujeto se limita a sentir mucha pena por él mismo y por lo que le ha pasado. Y como es un ser desgraciado que quisiera meter la cabeza debajo de la almohada y no salir deambula de la cama al sofá a ser posible comiendo compulsivamente lo más calórico y guarro que tenga en el frigorífico.

Fase 2, autodestrucción. Pasada la primera fase el sujeto se convence de su inutilidad debido a que no ha podido controlar el bajón. Así que intenta aparentar que no ocurre nada y se entrega a cualquier actividad que sea nociva para él (comer hasta enfermar, fundir la visa oro en compras, emborracharse... a gusto del consumidor).

Fase 3, aceptación. Cuanto antes lleguemos a este punto antes saldremos del bajón. Tarde o temprano, esto depende del sujeto, de su experiencia con los bajones y del propio carácter, se asume la situación. El afectado se perdona a sí mismo y pretende hacer tabla rasa, aunque todavía le quede un lejano sentimiento de culpa. Aquí yo recomiendo irse a dormir temprano y aprovechar el despertar del día siguiente para pasar página.

Fase 4, pasar página. A veces, la mañana después de la aceptación todavía el sujeto no está preparado para pasar página. Esto es peligroso porque se vuelve a la fase 2, que puede durar desde horas a días enteros. Pero lo normal es que el sujeto se levante más preocupado por recuperar el tiempo perdido que por volver a la penita.

A lo mejor es que yo soy el ser más "sentío" del mundo y a la gente normal no le pasan estas cosas, pero como a mí sí he aprendido a lidiar con ellas. Hoy por hoy consigo pasar por las cuatro fases en el mismo día, hasta 2 días máximo me permito si el problema ha sido muy grave. Lo que pasa es que un día o dos de mi vida es demasiado tiempo, siento los bajones como un retroceso, es como caminar hacia atrás. Aspiro a permitirme sentir mal sin que ello me paralice pero, a lo mejor, lo que debería hacer es trabajar la aceptación y la reducción de los tiempos además de desterrar el sentimiento de culpa (eso me evitaría la fase dos, que es la que más daño hace).

En fin, dejó ahí la reflexión y me voy corriendo, que es mi día de fase 4 y tengo mucho trabajo por delante.

¡Feliz jueves!

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2 comentarios:

Flenning dijo...

No sé, no sé,.... No creo que la aceptación sea un proceso mecanicista. Estar en "fase tal" se dice rápido". También creo que aun si lo fuera sería intransferible. Cada uno lleva su propio karma.

Marta G. Navarro dijo...

Totalmente de acuerdo con tu reflexión, estas pautas me sirven a mí pero seguramente no sirvan a nadie más por lo que dices del karma que lo resume muy bien.

Por cierto, te he publicado nada más que el último comentario porque entiendo que los dos anteriores son versiones del mismo, ¿no? Sé que la moderación es un poco coñazo, pero hemos tenido visitas indeseables de gente "demasiado amiga de los niños" reivindicando sus derechos e insultando y es algo detestable e inadmisible que me obligó a moderar. ¡Saludos!

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