"Empezar bien ahorra trabajo"

3/03/2011

Si, la frase es de Mary Poppins. Comencemos.

Hoy os quiero hablar del método de productividad que estoy empezando a seguir. Se trata del famoso GTD de David Allen que, como comenté ayer, debe su nombre a su libro llamado "Getting Things Done" (Organízate con Eficacia en su versión en español). Por el momento no llevo muy avanzada la lectura pero he empezado a aplicar un concepto que ha cambiado mi vida. Allen dice que usamos nuestra memoria a corto plazo para recordar las cosas que tenemos que hacer, ya sean más o menos importantes. Cosas desde comprar el pan a una entrevista de trabajo son almacenadas en una parte de nuestro cerebro que tiene una capacidad limitada. De hecho funciona como la RAM de un ordenador, tiene un número limitado de acciones que puede hacer a la vez antes de petar, así que cuando está llena nos lanza recordatorios de esas cosas que tenemos pendientes. El problema está en que la memoria a corto plazo no nos pregunta en qué momento queremos recordar las cosas y ¿qué pasa? que en el momento que te acuerdas no puedes hacer nada por resolverlo. Es como cuando yo ayer en la ducha recordé que tenía pendientes unas gestiones urgentes del trabajo, me frustró un poco saber que a menos que me enfundara en el albornoz y saliera corriendo de casa esa tarea debería esperar hasta la tarde.

Y ¿cómo se consigue vaciar nuestra "memoria RAM" para centrar nuestras energías en resolver y no en recordar nuestras cosas pendientes? Pues volcando toda esa información en un sistema en el que confiemos plenamente y que tengamos la seguridad de que vamos a revisar. No me lo creía, pero he comprobado que si nuestra memoria a corto plazo está convencida de que vamos a revisarlo deja de preocuparse, se queda en blanco. Ese estado es genial, te permite concentrarte en lo que haces sin pensar en qué estarás haciendo dentro de una hora. Como suele decir mi madre "los niños pequeños no se cansan porque se concentran al 100% en lo que están haciendo en ese momento".


Ahora queda encontrar ese sistema en el que confiar. Ahí a cada uno le vendrá mejor una cosa u otra, yo os cuento lo que he empezado a hacer. En una libretita mona que llevo siempre encima me voy apuntando todo lo que se me ocurra que debo hacer, desde "buscar música de este grupo" o "llamar a mi hermana Sonia para contarle cual cotilleo" hasta "organizar una reunión de la sección sindical". Cuando tengo un rato vuelco todas esas tareas pendientes en la aplicación web Remember The Milk. De las muchas que recomienda Berto Pena me he decidido por probar primero esta porque me resulta muy fácil. Tengo varias listas (trabajo, estudios, personal...) y dentro de cada una de ellas voy metiendo las tareas, si se van a repetir en el tiempo (por ejemplo cepillar a mi perro es algo que hago semanalmente) y si tienen fecha límite. También pongo un tiempo estimado que emplearé, lo que me viene genial porque así cuando tengo un rato de esos de "estoy aburrido, ¿qué hago?" puedo buscar una tarea acorde al tiempo del que dispongo. Además así organizo mi tiempo de "no hacer nada"mucho mejor. Para que no se me olvide mirarla, tengo la aplicación como página de inicio en mi móvil, como gadget en mis dos cuentas de gmail... Me falta ponerme un post-it en la frente pero, de momento, me está funcionando genial. Seguiré informando de mis avances, por el momento es un alivio tener la vida más organizada.

¡Feliz jueves!

1 comentarios:

Dafne Laurel dijo...

Pues suena estupendo... pero me da a mí que eso no va conmigo :s (sígue contando más trucos del libro!!) :p

Publicar un comentario

 

También en...