Brainwashed (Primera parte)

7/14/2011

Esta entrada será muy peculiar porque necesita de vuestra participación. Os dejo esta canción de George Harrison sin contar nada más: el contexto en que la escribió, sus motivaciones, cuándo la escribió... Y me gustaría que opinárais sobre la letra, a ver si os parece que tiene relación con cualquier tipo de religión, el movimiento 15M, el movimiento sindical o cualquier tema referente a los tiempos convulsos que vivimos en España y el resto del mundo. Me haría muy feliz poder publicar una segunda parte en la que explicaré el contexto de la canción y expondré todo el crisol de opiniones que hayáis dado a ver si sacamos alguna conclusión. ¿Qué os parece? Venga, que estamos en vacaciones y así mantenemos las neuronas despiertas. ¿Quién se anima?



Nos lavan el cerebro en la infancia,
también en el colegio.
Los profesores nos lavan el cerebro,
ellos y todas sus normas.

Los líderes nos comen el coco,
también nuestros reyes y reinas.
Nos lavan el cerebro a las claras y también entre bambalinas.

Dios, Dios, Dios, una voz llora en el desierto.
Dios, Dios, Dios, fue en la noche más larga.
Dios, Dios, Dios, una eternidad en la oscuridad.
Dios, Dios, Dios, alguien apagó la luz espiritual.

Nos come el coco el Nikkei,
también el Down Jones.
Nos lo come el FTSE, el Nasdaq y los préstamos con garantía.
Nos lavan el cerebro en Bruselas
y también en Bonn.
Nos lavan el cerebro en Washington
y en Westminster, Londres.

Dios, Dios, Dios, tú eres la sabiduría que buscamos.
Dios, Dios, Dios, el amante que extrañamos.
Dios, Dios, Dios, tu naturaleza es eternidad.
Dios, Dios, Dios, tú eres la existencia, el conocimiento y la dicha.

[Texto hablado]
El alma no ama, es amor en sí misma.
No existe, es existencia en sí misma.
No tiene conocimiento, es el conocimiento.
¿Cómo conocer a Dios?, página 130.

Le lavaron el cerebro a mi tío abuelo,
también a mi primo Bob.
Incluso cogieron a mi abuela mientras trabajaba para la muchedumbre.

Te lavan el cerebro mientras duermes
o mientras estás en un atasco de tráfico.
Te comen el coco mientras lloras como si todavía fueras un bebé en su cochecito.

Nos comen el coco los militares,
y bajo coacción,
Los medios de comunicación nos lavan el cerebro,
tú estás absorbido por la prensa.

Tenemos el coco comido con los ordenadores y con los teléfonos móviles.
Con el cerebro lavado por los satélites, nos tienen el cerebro lavado hasta los huesos.

Dios, Dios, Dios, ¿por qué no nos guías en este desorden?.
Dios, Dios, Dios, desde el lugar de lo Concreto.
Dios, Dios, Dios, no hay nada peor que la ignorancia.
Dios, Dios, Dios, simplemente no aceptaré una derrota.

Dios, Dios, Dios, debe haber algo que olvidé.
Dios, Dios, Dios, allí, en la avenida de las gilipolleces.
Dios, Dios, Dios, si pudiéramos cortar por lo sano.
Dios, Dios, Dios, me gustaría que tú también nos comieras el coco.

(Traducción: Marta G. Navarro)

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