Ventanas que se cierran, puertas que se abren

5/29/2015



Hay momentos en la vida en los que crees que no merece la pena seguir luchando. Que no eres bueno en aquello que creías serlo, que no llegará tu oportunidad o que si solamente has tenido fracasos es por algo. Entonces tienes dos opciones: rendirte o seguir adelante. Si sigues tendrás que analizar todo lo sucedido hasta entonces, sobretodo lo malo, y elaborar un plan de acción para corregirlo. Pero también saber ver lo bueno, para mantenerlo y potenciarlo. Ayuda que, algunas veces, el tiempo ponga las cosas en su sitio y te demuestre que aquello que creíste un fracaso otras personas lo consideraron un logro. El riesgo es que, para entonces, hayas elegido rendirte.  

Esta es la típica semana que incluye dos semanas en su interior. La primera la terminé ayer y desde hoy hasta el domingo comienza algo muy distinto: Startup Weekend edición especial Turismo y Gastronomía. Pero eso es todavía un libro por abrir... Los cinco días pasados, en cambio, han sido de esos que llenan el espíritu. Conversaciones, personas, situaciones... Demasiado conectadas y emocionantes como para que todo sea fruto de la casualidad. Más bien parece como si la vida quisiera darme un golpe de timón sutilmente, como si tuviera que tomar conciencia de que tanto las puertas que estoy cerrando como las que se abren ante mí son retos emocionantes y por todas ellas debo dar las gracias a los que están al otro lado. 

Es tiempo de dar las gracias a quien ha compartido una parte del camino conmigo, sea cual sea el papel que desempeñemos en adelante lo que he aprendido y crecido en este tiempo es de un valor incalculable. Preveo en el horizonte ideas, creatividad y buenos momentos; así espero que sea. Dar las gracias también a quien me hace partícipe de los momentos más importantes de su vida. La emoción genuina de esas personas celebrando cómo cambiará su existencia para siempre, abrazarlas, conocer a aquellos que también forman parte de su mundo... Supone conocer mejor a ese amigo tan querido, añadir otro lazo más a una unión que esperas dure toda tu existencia. 

Decía Steve Jobs que en la vida llega un momento en el que comienzas a unir los puntos hacia atrás, y es una frase que repito una barbaridad... ¡porque es cierta!. Lo malo/bueno es que una vez comienzas a unirlos no puedes parar, como cuando haces POP. Ver que la semilla de autoconocimiento que comencé a sembrar hace tantos años no solo ha dado sus frutos sino que me permite compartir experiencias increíbles con gente cercana es... bua, abrumador. 


Como creer en cosas es gratis yo creo en el destino, y creo en que la consciencia solo abarca una parte muy pequeña del YO. Por encima de ese nivel los humanos nos comunicamos con nuestros semejantes con una corriente que podríamos denominar telepática pero no es exactamente así. Son emociones, pensamientos, presentimientos, tripas... Así que tener delante a una persona, o un grupo de personas, y que te hagan partícipe de su propio YO es para estarles agradecido eternamente. Ya que te permitan acompañarles en el camino hacia su felicidad es una pasada. Y digo eso de que creo en destino es cuando pasa por casi casualidad y cuando, encima, pasa cuatro veces en la misma semana. En algún sitio leí que cuando algo pasa tres o más veces es una tendencia así que da qué pensar. 

Por lo tanto no me queda otra que reflexionar los próximos días sobre todo esto, incorporarlo a mis planes a corto y medio plazo, hacer que sume:



¿Quieres leer más sobre autoconocimiento?: 

"Quererte, cuidarte, mimarte".

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